Rabiar de Dolor

30 de junio: PARO GENERAL DE "USUARIOS" DE TRANSPORTE PÚBLICO.

No debió ser el Paro General de Transportistas, debió ser el Paro General de Usuarios. ¿Porqué no podemos quejarnos del trato hostil de los cobradores, del ambiente inhóspito en las combis, de las maniobras de fórmula1 a la que nos tienen acostumbrados los choferes? Muy "conchudamente", los choferes de transporte público se quejan del "corregido" Reglamento Nacional de Tránsito, debido a las "excesivas multas". Si no quieren ser sancionados, pues que no cometan infracciones. ¿O es tan difícil entender esta premisa básica?

Desplazarse dentro de la ciudad de Lima puede provocar jaquecas insoportables.

Resulta que el Sistema de Transporte Público (en Mayúscula, por ser un ente "respetable") es caótico inertemente por naturaleza. Los chóferes y cobradores, y chóferes-cobradores (así en minúscula, porque los ANIMALES, y COSAS INSIGNIFICANTES no necesitan ir en mayúscula) son una suerte de humanos provistos de inhumanidad. Correteos, paradas intempestivas, intercambio verbal de obscenidades, mentadas de madre por doquier, metidas de mano a las incautas, silbidos a las colegialas, y un dezlenable etc. Muchos de ellos creen que están en sus chacras y pueden hacer con el transporte público lo que se les antoje. Muchos de ellos se creen los dueños del sistema de transporte y que pueden dar un par de monedas a los "peajes ambulantes" (léase "policías coimeros") cada vez que se enfrentan a una acechante multa de tránsito, luego de transgredir las normas de tránsito más elementales. Muchos de ellos son conductores frustrados en intentos de pertenecer a la elité de la Fórmula1.(rebazan los 100km/h en pistas donde el límite bordea los 60km/h)

Momentos vividos como el del Paro General de Transportistas, 30 de junio, hace pensar y reflexionar en la posibilidad de constituir una red de transporte más compleja y elitista. Los conductores deben tener estudios superiores, estar plenamente capacitados, aprobar con éxitos los exámenes sicológicos, descartar demencia, sicopatía, ezquizofrenia, y otras patologías mentales. (¿Utopía? NI tanto, si en otros países de latinoamérica son exigentes con los conductores, ¿porqué no aquí en Perú?)

Tan fácil que hubiera sido constituir, para el goce de los limeños, una red de transporte de Metro, como lo tienen las ciudades más pobladas y modernizadas del planeta.

Lo bueno TIENE QUE costar. Lo malo TIENE QUE erradicarse.

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