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FELIZ VANIDAD PARA TODOS
Debo confesar, en honor a la verdad, que no simpatizo con este tipo de celebraciones consumistas, impuestas por tradiciones foráneas, a fin de generar flujos de capital, y evitar, desde luego, el aburrimiento de la rutina... Pero en fin, si el momento es propicio para disfrutar de un breve pero sustancioso encuentro familiar y/o amical, está plenamente justificado.
Los petardos me recuerdan los crujidos de la guerra en medio oriente. Mientras los niños de aqui festejan, los niños de allá se aterrorizan. Nos empujamos comidas grasientas que gente pobre debe estar deseando siquiera deleitarse con el aroma. La estación estival sugiere una limonada con cubitos de hielo dentro del vaso, pero un viejo pestilente, magullado, de barba crecida al descuido, nos invade con sus costumbres de iglú. Sobre su trineo nos sugiere tomar chocolate caliente, y endeudarnos para entregar regalos a borbotones, para caerle bien a algunas personas más...
(continuaré luego, voy a comer un poco de pavo asado)